Si estás pensando que el ejercicio en paciente oncológico se está poniendo de moda gracias a algún famoso, es que te faltan datos.
Así que empezaremos por proporcionarte algunos elementos que te permitan juzgar por ti mism@, por qué cada vez más el ejercicio se recomienda en el paciente oncológico.
Desde hace más de 30 años se han ido realizando estudios para valorar los beneficios del ejercicio físico en el paciente oncológico y actualmente disponemos de más de 1000 estudios clínicos aleatorizados en este campo, los cuales permiten afirmar que existe una evidencia científica que apoya la práctica del ejercicio físico antes, durante y después de los tratamientos farmacológicos en el paciente oncológico.
Para entender el impacto del ejercicio oncológico es necesario entender la enfermedad del cáncer y vamos a intentar explicarlo de la forma más sencilla posible para no caer en esos odiosos tecnicismos que parece que sean de entendimiento exclusivo de los especialistas.
El ejercicio pre o post quimioterapia, es decir, 24 horas antes o 24 horas después de la quimioterapia, puede tener muchísimos beneficios, entre ellos mejora la oxigenación de la sangre, facilitando de este modo la perfusión al tumor con la finalidad de que el tratamiento penetre en las células tumorales mejorando su efectividad, pero no solamente.
Sin entrar en detalles demasiado técnicos nos gustaría darte unas pautas para que pruebes a partir de ya a aplicar un cambio de hábitos y para que notes los beneficios que comentamos más arriba en tus propias carnes. Eso sí DEBES tener el visto bueno de tu oncólogo y no debes tener problemas cardíacos.
Si cumples con estos requerimientos, nosotros te recomendamos que 24 horas antes de los tratamientos preferiblemente, realices un entrenamiento aeróbico donde el habla esté entrecortada.
Lo puedes hacer de forma sencilla y sin necesidad de material alguno. Para ello, te proponemos tres estrategias: 30 minutos caminando a un ritmo donde el habla se entrecorte, si notas que no puedes aguantar la media hora, puedes dividir la actividad en tres bloques de 10 minutos con un descanso de 3, 4 o 5 minutos entre cada uno de los bloques según tus necesidades de recuperación. Otra opción es dividir los 30 minutos en dos bloques de 15 minutos y en caso de sentirte suficientemente enérgic@, pues puedes realizar los 30 minutos continuos.
Solamente nos queda animarte a pasar de la teoría a la practica, ¡nos encantará que nos cuentes en los comentarios abajo, que tal ido!
¡Hasta el próximo articulo!