¿Sabías que tu dieta podría tener un poder mayor en la prevención del cáncer que cualquier otro hábito, incluso más que dejar de fumar? No es que fumar sea recomendable, en absoluto, pero la incidencia de los cánceres debido a mala alimentación ya es superior a la provocada por la del tabaco, ya que esta ultima, sí, va disminuyendo.
Es una verdad incómoda, pero liberadora, que se destapó en el reciente Summit sobre Oncología Integrativa de Febrero 2024, en el cual participó la distinguida doctora Elizabeth Arrojo, Directora del primer Centro Nacional de Prevención del Cáncer de España y Directora de la clínica INMOA, donde se ofrecen los tratamientos más pioneros contra el cáncer tanto a nivel Nacional como Europeo.
Comprendiendo el Poder de la Dieta en la Prevención del Cáncer
La investigación presentada reveló una estadística alarmante: el 31% de los diagnósticos de cáncer se deben a una dieta desfavorable, superando al 25% atribuido al tabaco. Estos números no sólo demandan atención, sino acción. Adoptar hábitos saludables se erige como un escudo protector contra la enfermedad.
Proteínas: Tus Aliadas en la Batalla Contra el Cáncer
La importancia de las proteínas no se puede subestimar, especialmente si estás luchando contra el cáncer. La recomendación de la Dra Arrojo de consumir 2 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día es crucial para mantener la masa muscular, vital durante el tratamiento del cáncer. La pregunta es: ¿cómo incorporar estos nutrientes de manera efectiva y equilibrada?
Los Alimentos que Priorizar en tu Plato
Frutas, verduras, hortalizas aportan antioxidantes y fibra; pescados azules y blancos, carnes blancas, ofrecen proteínas esenciales. Los cereales integrales, las semillas, los frutos secos y las legumbres deben ser habituales en tu alimentación. Y no olvides los lácteos, fuentes de calcio y vitamina D, mejor si son enteros para un aporte completo de nutrientes.
Moderación: La Clave para el Consumo de Carne Roja y Grasas
Mientras que la carne roja, las frituras y ciertas grasas deben disfrutarse con cautela, no deben ser completamente excluidas. Un equilibrio es posible y necesario para una dieta variada y placentera.
Lo que Debes Evitar: Alimentos con Evidencia Científica de Riesgo Tipo 1
Alimentos procesados, como los embutidos y las carnes ahumadas; los azúcares refinados; recetas excesivamente tostadas; aceites refinados y la bollería industrial son portadores comprobados de riesgo de cáncer. Incluso alimentos como el jamón york, que culturalmente tenemos tendencia a considerar saludable, debe consumirse con conocimiento de su impacto: tan solo 50 gramos diarios incrementan en un 18% el riesgo de cáncer de colon.
Cómo Cocinar: Redefiniendo la Nutrición Preventiva
La elección de alimentos es solo la mitad de la batalla. La forma en que cocinamos tiene un efecto directo en sus propiedades nutricionales. Evita las frituras y sus compuestos nocivos; opta por la plancha y el horno para preservar y disfrutar de los beneficios naturales de tus alimentos.
La Secuencia Importa: Planificando tus Comidas
Empieza con un arcoíris de verduras, sigue con proteínas y grasas saludables, y termina con frutas, evitando picos de azúcar. Y aunque el zumo de naranja pueda parecer una opción saludable, es más recomendable optar por la fruta entera para aprovechar al máximo su fibra y evitar así aumentos rápidos de glucosa.
Describiendo el impacto de los lácteos
Los lácteos siguen generando debate, pero la evidencia hasta la fecha no muestra una relación directa con un aumento del riesgo de cáncer. Por tanto, mantén los lácteos enteros en tu dieta para el aporte de nutrientes esenciales.
Cerramos este recorrido nutricional con una invitación a la reflexión y al cambio consciente. El mensaje de la Dra Arrojo es claro: con conocimiento y elecciones saludables, tu dieta puede convertirse en tu aliada más poderosa en la prevención y lucha contra el cáncer. Recuerda, cambiar de hábitos saludables no es tan complicado como parece, es un viaje que comienza con un solo paso. ¿Estás listo para darlo?
